LAS CIUDADES DE LOS 15 MINUTOS: UN MODELO URBANO SOSTENIBLE

El concepto de las «ciudades de los 15 minutos» plantea un enfoque urbanístico en el que los ciudadanos tienen acceso a todos los servicios y actividades diarias en un radio de 15 minutos a pie o en bicicleta desde sus hogares. Esto incluye desde supermercados y centros educativos hasta parques, centros de salud y opciones recreativas. La idea, desarrollada por el urbanista Carlos Moreno en 2016, busca promover ciudades más habitables, reducir la dependencia del automóvil y mejorar la calidad de vida de las personas.

Principios fundamentales

El modelo de las ciudades de los 15 minutos se basa en una serie de principios:

1. Proximidad a servicios esenciales: Las personas deberían poder cubrir sus necesidades básicas sin tener que desplazarse largas distancias. Este acceso cercano a servicios reduce los tiempos de viaje y promueve una vida más sencilla y conectada.
2. Menor uso de vehículos privados: Al disminuir la necesidad de desplazarse en coche, se disminuye el tráfico y las emisiones, por tanto la contaminación en las ciudades. Esto ayuda a crear entornos más tranquilos y seguros, además de reducir la emisión de gases contaminantes, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático.
3. Movilidad activa y saludable: Este modelo prioriza los desplazamientos a pie o en bicicleta, lo que además de ser más sostenible, mejora la salud de los ciudadanos. Caminar o andar en bicicleta para las actividades diarias no solo reduce la contaminación, sino que también favorece un estilo de vida más activo.
4. Creación de comunidades locales: Al reducir los desplazamientos y hacer que la vida diaria ocurra dentro de un mismo barrio, los residentes tienen más oportunidades para interactuar entre ellos, creando un mayor sentido de comunidad y pertenencia. Las ciudades se convierten en entornos más colaborativos y cohesivos.

Ejemplos de aplicación

Algunas ciudades ya están implementando este modelo o explorando variantes del mismo. París, por ejemplo, ha sido pionera en adoptar las ciudades de los 15 minutos bajo la administración de su alcaldesa Anne Hidalgo. En la capital francesa, se están convirtiendo antiguos espacios de estacionamiento en áreas verdes y recreativas, fomentando el uso de bicicletas y reduciendo el espacio para coches. En este sentido, las escuelas también juegan un papel importante, al servir como centros comunitarios donde se desarrollan actividades vecinales más allá de las clases.

Otra ciudad que ha tomado pasos hacia este modelo es Barcelona, que experimenta con las llamadas «supermanzanas». Este concepto organiza varios bloques de viviendas en áreas donde el tráfico está restringido, y solo los residentes o proveedores pueden circular en coche, a velocidad muy reducida. Las calles se convierten en zonas para peatones, parques o espacios de interacción social. Esto busca reducir el tráfico y crear un entorno más habitable para los residentes​(REPSOL y Bioguia).

Ventajas y desafíos

El modelo de las ciudades de los 15 minutos tiene múltiples beneficios. Ambientalmente, reduce las emisiones de carbono al limitar el uso de coches y fomentar el transporte activo. Socialmente, mejora la cohesión y la interacción entre vecinos al crear entornos más conectados. Además, económicamente, apoya a los comercios locales, ya que los ciudadanos tienden a consumir en los negocios cercanos. Este enfoque también mejora la salud de las personas, al incentivar la actividad física en su vida diaria.

Sin embargo, la implementación de este modelo puede ser compleja. En ciudades grandes o muy dependientes del coche, rediseñar la infraestructura para favorecer los desplazamientos a pie o en bicicleta supone un desafío tanto en costos como en tiempo. Además, algunos comerciantes temen que la reducción del tráfico vehicular afecte sus ingresos, aunque en ciudades como Portland (EE.UU.), la experiencia demostró que limitar el uso del coche incrementó la actividad económica local​(Bioguia).

Conclusión

El concepto de las ciudades de los 15 minutos ofrece una nueva manera de pensar el urbanismo, basada en la proximidad, sostenibilidad y calidad de vida. A medida que más ciudades adoptan o exploran esta idea, queda claro que, si bien los desafíos para su implementación son significativos, los beneficios a largo plazo podrían transformar nuestras ciudades en espacios más humanos, sostenibles y saludables para vivir.