En 1947, la Junta de Ciencia y Seguridad del Boletín de Científicos Atómicos –fundado por Albert Einstein- de la Universidad de Chicago creó el denominado «reloj del fin del mundo», «reloj del juicio final» o «reloj del apocalipsis» -en inglés «Doomsday Clock». Desde entonces, cada año se mantienen dos reuniones y en la segunda se actualiza la hora del que es un contador simbólico que marca la medianoche como la destrucción total y catastrófica de la especie humana. En el momento de su creación, la analogía se centraba exclusivamente en la amenaza nuclear, que paradójicamente hemos creado nosotros mismos, aunque desde 2007, se ha incluido el cambio climático y todo tipo de avances tecnológicos que pudieran precipitar el apocalipsis.
En enero de 2018, el cronógrafo se adelantó desde las 23:57 a tan sólo «dos minutos y medio para la medianoche». En enero de 2021 se adelantó veinte segundos, marcando las 23:58:20, quedándose por tanto a 100 segundos para la medianoche. La última actualización, en la que nos quedamos a esos 100 segundos, fue el 20 de enero de 2022, por lo que los últimos acontecimientos de Ucrania no han sido tenidos en cuenta… Sólo en los peores momentos de la Guerra Fría, particularmente en la crisis de los misiles de 1962 habíamos estado casi tan cerca.
Aunque la principal crítica hacia este simbólico reloj lo ha calificado como apocalíptico o agorero, la Junta se defiende alegando que se trata de una llamada de atención sobre cuál podría ser el destino de la Humanidad de seguir por ese camino; al fin y al cabo la principal ventaja de este reloj es que igual que avanza, puede retroceder, lo único que está en nuestras manos hacerlo.
En el siguiente vídeo proporciona los datos más importantes de forma resumida sobre el «reloj del fin del mundo».