LA ESPAÑA DEL SIGLO XIX

El siglo XIX en España. Elaboración propia.

El siglo XIX en España es especialmente complejo pues coincide el final del Imperio español con la implantación a trompicones y más bien tímida de un Estado liberal y, con la frágil y puntual industrialización del país. La batalla de Trafalgar en 1805 abrió un nuevo periodo en España de decadencia que durará hasta bien entrado el siglo XX. En este sentido, si el ochocientos fue la centuria de la modernización socioeconómica de las sociedades de la Europa occidental; España vivió una serie de bandazos políticos entre el absolutismo y el liberalismo que perjudicaron el desarrollo de nuestro país. Aunque en 1801 había 11,6 millones de habitantes y en 1900 se alcanzaron los 20, la situación socioeconómica no mejoró paralelamente: España seguía siendo un país agrario, aunque con una tímida transformación industrial muy puntual y unos índices de analfabetismo que seguían siendo especialmente significativos a pesar de las mejoras relativas -56% a finales de siglo frente al 95% en los primeros años del XIX-.

Dentro del liberalismo, la preferencia por Isabel II por el Partido Moderado y los breves gobiernos de los progresistas, provocó que la oposición se uniera y en 1866 firmara el Pacto de Ostende, mediante el cual se pretendía derribar la monarquía, personalizada en la figura de Isabel. Dos años más tarde, los centristas de la Unión Liberal se unieron a este tratado, comenzando la que se denominó como «Revolución Gloriosa», iniciándose así el Sexenio Democrático, periodo especialmente ajetreado -en el cual se instauraría una república durante once meses y surgiría un nuevo movimiento revolucionario, el cantonalismo, cuyo máximo exponente sería el ejemplo del Cantón de Cartagena– que finalizaría con la Restauración borbónica en 1874 con la llegada al trono de Alfonso XII, hijo de la antigua reina.

Por otra parte, los militares tomaron un papel decisivo en la formación de los diferentes gobiernos a través de los pronunciamientos. Desde la década de los 30, una serie de contiendas civiles, las denominadas guerras carlistas -hubo tres y varias rebeliones- tampoco ayudaron especialmente. ¿Un siglo perdido en la historia de España? ¿tal vez no especialmente aprovechado? En la imagen se muestra los principales periodos y los reyes de España del siglo XIX. Para prueba de inestabilidad política, el elevado número de constituciones que se decretaron durante la centuria –en este enlace tienes los datos más importantes de cada unaEn el siguiente enlace hay un interesante resumen del siglo XIX español.

LAS REVOLUCIONES BURGUESAS DEL SIGLO XIX

Derrotado Napoleón en la batalla de Waterloo, los intentos del Congreso de Viena (1814-15) por volver al Antiguo Régimen y a las fronteras prenapoleónicas no tuvieron demasiado éxito puesto que en muchos lugares de Europa surgieron una serie de revoluciones más o menos espontáneas que tuvieron en la defensa de los valores nacionales y en la implantación del liberalismo su máximo exponente. En este sentido, podemos destacar hasta tres oleadas revolucionarias:

Revoluciones de 1820: Tuvieron lugar en España, Grecia, Portugal, Imperio ruso y Piamonte-Cerdeña y Dos Sicilias. En el caso de España, el comandante Riego realizó un pronunciamiento militar mediante el cual hizo jurar la Constitución de 1812 al rey Fernando VII. En 1823, los Cien Mil Hijos de San Luis -l’Expédition d’Espagne- enviados por la Santa Alianza, entraron en España desde Francia y restituyeron el poder absoluto del monarca, terminando así el denominado «trienio liberal». En Grecia, la revolución de 1821 culminaría con la independencia del Imperio otomano en 1829.

Revoluciones de 1830: En Francia, el absolutismo de Carlos X daría paso a la monarquía parlamentaria de Luis Felipe de Orleans. Bélgica se independizaría de Países Bajos en 1830. Las revueltas en Polonia contra el Imperio ruso y las de algunos Estados italianos terminaron fracasando.

Revoluciones de 1848: Uno de los detonantes fue las malas cosechas debidas a un hongo que afectó a la patata -crisis de la patata- que provocó importantes hambrunas. Se produjeron en Francia, Confederación germánica, Imperio austríaco y varios Estados italianos. Denominadas la «primavera de los pueblos» por su contenido nacionalista. A partir de esta oleada revolucionaria, surge un nuevo movimiento, el obrero, que reivindicaría mejoras en las condiciones de vida de los trabajadores. En el caso de Francia, se producirá la caída definitiva de la monarquía, instaurándose la II República con Luis Napoleón Bonaparte a la cabeza, quien años más tarde -1852- proclamará el II Imperio como Napoleón III.

Aunque las revoluciones burguesas terminaron en relativo fracaso, dado que se suspendieron muchas de las constituciones aprobadas en esta época, el liberalismo avanzó de forma importante, puesto que se amplió el derecho al voto en muchos de los países. Echa un vistazo al siguiente vídeo en el que se hace un interesante resumen:

Las grandes revoluciones

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Placa conmemorativa de las revueltas de 1820 en Murcia.